lunes, 2 de abril de 2018

Romperlo todo

"No puedes volver atrás y romperlo todo"...

A veces estamos tan heridos que nos vamos al pasado a hacer añicos lo que hubo, lo que fue, solo para aumentar ese dolor que nos hace miserables, esa frase de allá arriba no es más que una verdad que llevo días sintiendo/viviendo. Vuelvo atrás y rasgo todo, con las uñas, con mis pensamientos, con el verbo, vuelvo para romperme y empezar de cero.

Tal vez no es la manera más idónea de arreglar las cosas, pero es la que conozco. Si fuese un animal sería un caballo, siempre voy hacia adelante, sin pausas, sin tomar aliento, sobrevivo como puedo, solo sé que debo levantarme y continuar, no me quedo en las derrotas, ni en los lamentos, cicatrizo a trompicones, pero cicatrizo, me coso sin anestesia y regreso entera.

Por estos días he llorado, he gritado, he dibujado, he vuelto al pasado para revivir a los muertos, he removido emociones viejas, he buscado lo que no se me ha perdido y ahora solo deseo cerrar la puerta.

Reconozco el dolor, uno que no buscaba, pero cuando se junta todo, es difícil encontrar el cauce de nuevo.  Estoy convencida de que todo lo que lastima no llega solo, es necesario haberle dejado la ventana abierta al huésped y solo tu puedes sacarlo.

Este duende que me recorre las venas debe marcharse, debe entender que soy una mujer feliz, completa, debe llevarse lejos su hedor y su torpeza, debe dejar quieto a este corazón sensible que se abre como árbol frondoso, debe dejar de atormentarme con recuerdos y volver al zapato viejo donde se ocultaba.

Debe entender que este dolor será el puñetazo que lo lleve lejos, porque a mí, a mí ya no me asusta.


El Hilo de Ariadna

martes, 6 de febrero de 2018

Desayuno con un chavista

Lo esperaba en casa porque me traería un par de hallaquitas que con cariño su esposa había preparado para mí, se trata de los que alguna vez fueron mis suegros, par de chavistas, unos ancianos. 

En aquella época les tenía paciencia y respetaba su ideología política, muy distinta a la mía, cuatro años más tarde, me doy cuenta de que ya no tengo ni la paciencia, ni las ganas, ni el corazón, ni la razón para entenderlos o para mantenerlos cerca de mi vida.

Los precios suben por "la especulación", no hay pan porque "han abierto más panaderías", lo que rebasó mi cabeza fue esta frase que resumo: "la vecina está más flaca porque es muy floja para la cocina". ¿Cuánto nivel de maldad cabe en un chavista? ¿Cuánto resentimiento? ¿Cuánta cobardía? 

Les hablo de dos profesores con varios posgrados, él me resumió el panorama económico de los países de la región, no es un desinformado, ni una persona sin educación, un desalmado tal vez. Hace mucho decidí sacar de mi lado a esa gente que no suma, esa gente que no hace empatía con los demás, a esa gente que lleva camisas rojas y saben ¿por qué? Porque ese rojo representa la sangre de los venezolanos que mueren hoy por obra y gracia de "su revolución".

Ariadna García

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Rctv: un canal que duele así pasen mil años

Hoy me crucé con Ámbar Díaz en el trabajo, ya es casual ver gente de Radio Caracas Televisión (Rctv) pues muchos trabajan aquí. 

Ámbar no vino a una entrevista, ni tampoco como actriz, hoy es psicóloga y por la prisa parecía que andaba en cosas de trabajo, su cara la recordé de inmediato, crecí viendo ese canal, el 2, el único que se veía nítido en Albarico. 

Rctv era mi recreo, mi merienda, las noches de café con Radio Rochela. Rctv era como otra familia, ver a Ámbar no solo me conmovió, sino que “me aguó el guarapo”. 

Hoy lleva el cabello liso, sigue siendo gordita y su cara no ha cambiado en nada, ella era la actriz cándida de los eternos risos, que interpretó aquel personaje famoso llamado María Solita, la amiga o novia de Macho Flaco en “Hay amores que matan”. 

Ver esos rostros y escuchar esas voces que desaparecieron un 27 mayo de 2007, por orden de Hugo Chávez, me revive uno de los peores días para la libertad de expresión en Venezuela y para los hogares de los venezolanos.

Hoy comprobé que llevo a Rctv en el pecho, a sus producciones, sus mensajes de navidad, Rctv fue una cantina de chucherías que llenaba de alegría las salas de la casa. Solo uno sabe cuánto duele un país cuando se cruza con su gente. 






El Hilo de Ariadna


lunes, 11 de septiembre de 2017

Café Noisette

El sábado fuimos a Café Noisette, nos sentamos en una pequeña mesita de dos sillas, al frente teníamos un cuarteto de jazzistas que se lucieron con cada tema. Tuvimos una charla maravillosa. Siempre es grato hablar con ella, me contó sobre El Museo del Teclado y me dijo que allí se formaban unas rumbas buenísimas y que iban los mejores músicos de Caracas.

Hablamos de nuestros amores con la misma franqueza de siempre, hablamos de heridas profundas, del perdón, de la violencia, de la comida, del país, de nuestra familia, hablamos de todo, mientras al fondo se escuchaba La Vie En Rose.

Ella bebía una pepsi light y yo un té verde frío, entre cada sorbo, aplaudíamos al grupo y disfrutábamos de un ambiente agradable y clandestino, totalmente aislado de la violencia caraqueña. Mientras conversábamos notaba cómo el reflejo de las plantas le daba en la cara, cargaba unos lentes de pasta morados que le quedan muy bien y la hacen lucir más joven.

O siempre ha sido muy complaciente y lo atribuye a que solo tiene dos sobrinos, esa noche no fue la excepción, me invitó como tantas veces una cena riquísima, así que pude disfrutar de un Tartine de Sardine y de su compañía que es mejor que el jazz, el tartine o todas las crepes de este mundo.

En nuestra familia somos parcos de nacimiento, a veces me provoca darle un apretón o hacerle cariño en sus brazos gordos, pero eso la incomodaría así que me limito a observar sus gestos y a escuchar con atención todo lo que dice. Es una mujer muy sabia y cada cosa que pronuncia es para dejar huella.

Nos acercamos a la caja a pagar la cuenta, el dueño siempre está allí, nos hizo un gesto cariñoso y como otras veces preguntó qué tal habíamos pasado, respondimos que maravillosamente y que no teníamos ganas de marcharnos, pero ya eran las ocho y no es prudente andar por allí. Él asintió con la cabeza y se despidió con un: merci.

Yo quise responder merci beaucoup, pero siento que no me sale bien, así que solo dije: merci.

Tomamos el metro hasta la casa, al salir de la estación caminamos rapidito deseando llegar a la entrada del edificio y sentirnos a salvo, en el trayecto escuchamos una explosión, un impacto raro, yo creí que se trataba de un disparo y me puse nerviosa, corrí hacia la puerta, ya estábamos cerca, ella se agachó, se detuvo. Se crió en un barrio donde los plomazos son constantes y el oído se afina, yo que crecí con el ruido de las ranas y de los grillos, aún no he podido identificar ese chasquido que hace como un -cloc- o un -plop-.

Luego de unos segundos, cuando escuchábamos la risa sádica de tres mujeres que disfrutaban  vernos correr como animales nerviosos, ella me miró con una profunda tristeza y pronunció -ya no podemos salir de noche Ariadna-, la vista la echó hacia la esquina de la calle donde se incendiaba un carro, todo estaba presto para infundir temor y yo cedí.

Subimos en el ascensor con el corazón en la boca, una cena magnífica había sido empañada por una serie de eventos extraños y desafortunados, con su mirada me lo dijo todo: no sabes defenderte de esta violencia y yo tampoco puedo hacerlo por las dos, pudo haber sido un disparo en vez de un triqui traqui, pudo acabar con lo más preciado que tengo, porque así es esta ciudad intranquila y violenta, La Vie en Rose ya no era rose, era un violeta intenso casi negro y sin mucho decir, el miedo fue más grande y nos sumió en un silencio desalentador.

Ya no osamos tomar bebidas en algún lugar, últimamente no hablamos, la calle continúa dando miedo y me sigue gustando el jazz, aún no sé reconocer ese sonido, ni quiero, pero sí sé que sé correr: yo sé correr.


El Hilo de Ariadna

viernes, 18 de agosto de 2017

Las marcas de una guerra

Hoy se sentó a mi lado (en el autobús) un joven con muletas, tenía un yeso en su pierna derecha, mi cabeza estaba muy activa en ese momento, todo comenzó desde que salí del centro Cultural Chacao y caminaba hacia Chacaíto, me era raro ver todo “en calma”, sin olor a gases lacrimógenos y sin restos de Maalox en el piso, decía: hace unos meses atrás sentía que eso era irreversible y que las protestas en las calles no tendrían retorno.

Al ver al muchacho me preguntaba ¿Cómo llegó su pierna a ese estado? ¿Será acaso una de esas personas que quedó lesionada por la represión del Estado? ¿Será uno de esos jóvenes que tantas veces vi recogiendo y devolviendo bombas? ¿Por qué su pierna lleva un yeso? Quería preguntarle y aclarar mis inquietudes pero eso habría sido un poco intimidador. 

Luego por la ventana vi a otro hombre, delgado, como de 30 años con una venda en la mano, creo que en la izquierda, las interrogantes regresaron ¿Será él otra víctima de la represión? ¿Quién indemnizará su mano? ¿Su vida? ¿Qué le pasó? ¿Comenzaré a ver a más gente con las marcas de una guerra? Aunque debo admitir que a estos los veo a diario, en las calles, en el metro, a las víctimas de este genocidio me las cruzo todo el tiempo.

Finalmente me bajé del autobús sin preguntar, pero con una leve certeza de que ellos sí estuvieron allí, de que las marcas en su cuerpo son el recordatorio de una brutal represión que duro más de tres meses, que aunque la calle se mueva con su ritmo habitual y se mantenga en silencio, las secuelas de esos días no los olvidaré jamás. 


El Hilo de Ariadna

Señora usted habla así de los venezolanos porque no me conoce a mí

Quedé atrapada en una nefasta conversación de autobús, creo que hoy pasaron miles de cosas en esos dos autos que tomé para ir al trabajo. Eran dos señores como de 60 años y hablaban de lo barato de las cosas en Bogotá y en otros países, pero hablaban de esos precios como una especie de suerte divina que cayó sobre esas naciones, durante toda la conversación no hubo un argumento económico, ni político de porqué esos precios no se parecían a los de Venezuela. 

La señora también contaba que un fulano en Perú había encontrado muchas "facilidades" para abrir una cuenta, alquilar un apartamento y hasta conseguirse una novia a los dos años. Hablaban de Venezuela como si este fuera un país desgraciado y hundido en la ruina desde su descubrimiento, tampoco le achacaron nada al gobierno, cosa que nunca falta en una conversación. 

Lo más cumbre fue cuando dijo -lo que pasa es que el venezolano es flojo- y me vi a mi en cuestión de segundos, en un dos por tres me hice una radiografía y recordé mis dos trabajos actuales, ambos suman 13 horas, sí trabajo 13 horas al día, también pensé en mis años de estudio cuando salía de una guardia nocturna para llegar a La Urbina y pasar otras tantas horas más a punta de Gatorade y agua. 

Me provocaba voltearme y decirle -floja será usted- pero la decencia nunca me permite esos arrebatos y por el contrario me enfoqué en ver las hojitas que se asomaban por la ventana y en el Foro -El Periodismo en el Totalitarismo del Siglo XXI- al que asistiría cuando me bajara del autobús. 

Recordé que cada día escribo mejor y que me siento orgullosa de eso, recordé que soy una venezolana trabajadora, buena ciudadana y que mi trabajo mejora cada día porque para eso me preparo, así que señora ahora sí le voy a decir lo que le voy a decir: usted habla así de los venezolanos porque no me conoce a mí.

El Hilo de Ariadna

jueves, 10 de agosto de 2017

La venganza de Delcy

Nicolás Maduro asomó la asamblea nacional constituyente (anc) en el mes de mayo (lo escribo así, en minúsculas, porque no reconoceré algo espurio), en ese momento citaba a Chávez, recuerdo que estaba de guardia ese domingo. En la redacción corrimos y me dijeron: "Maduro anunció una asamblea constituyente", en el video que había compartido VTV se tergiversaba la información, al escuchar el audio completo, comprobamos que en efecto, este citaba al fallecido expresidente.

Corregí la nota y quedó como un dejo de algo, una cosa que debía hacerse en algún momento, según las palabras del presidente, hoy dictador. Ese anuncio que parecía lejano, era la sentencia de la República, era la demolición de algunos poderes legítimamente constituidos, era el secreto a voces que venía a quitarle el velo al gobierno chavista, era la prueba irrefutable de que en Venezuela se había consolidado una dictadura.

Aunque la anc haya llegado para usurpar las funciones de los poderes y legalizar cuanta barbarie se les ocurra, considero que esto es una venganza: es la venganza de Delcy, es el desquite por ese 6 de diciembre que no pudieron soportar, es por los cuadros del difunto que les sacaron del Palacio Federal. No pudieron soportar que la gente eligiera la libertad y la democracia, que los venezolanos entregaran una mayoría absoluta a diputados de oposición. Ellos no lo vieron como unos comicios limpios, donde ganó el civismo y la Carta Magna, ellos lo vieron como una afrenta, una burla, como un desaire y ahora han llegado para cobrárselas, han llegado a ajustar cuentas con todo el arsenal.

Otra humillación que dejó muy afectada a Delcy fue la de los cancilleres en Argentina, imagino que esto la envió a un hospital durante varios días y luego seguramente se fue a París a pasar el mal rato, a hacerse el manicure y comer Pain Perdu. A este hecho se suma el de la OEA en donde la mujer no se cansó de hacer berrinches.

Esta anc es el último castigo que deseaban imponer a los venezolanos, la última miga de pan, la última aspirina vencida que tenían escondida en la despensa de medicinas que no llegan al seguro social. Esta anc consuma el horror de 18 años de destrucción. Finalmente el mundo le puso cara a un mito, un mito que creó Hugo Chávez y que endulzó a los países de la región, a la ONU, a la FAO, al mundo entero, un mito que se erigió sobre petróleo y muerte.

Hoy tenemos anc, el último telón, la última estocada, el último zarpazo a la democracia que quedaba en Venezuela, hoy sobrevivimos a un gobierno de facto que se muestra ante nosotros con la voz de esa insoportable mujer. Lo peor del chavismo no es su maldad, es su cinismo y su risita incómoda, es decir la palabra paz cuando es mejor que digan plomo, lo peor del chavismo no es que nos caigan a trompadas cada día, es su mala dicción y su falta de inteligencia, es tener que escuchar nada y luego escribirlo.

Lo peor de la anc no es su anc, es la mujer que escogieron para conducirla, creíamos que la anc venía a acabar con la propiedad privada, la autonomía universitaria, encarcelar a los disidentes, que traería más hambre y miseria, sí, la anc es todo eso, pero todo eso ya existía, lo que no se ha dicho es que la verdadera anc es la venganza de Delcy que viene con todo.



El Hilo de Ariadna