Necesito abrir este hilo y hablar sobre Cuba. Nunca lo dije, ni creo haberlo tenido tan claro, pero si hay un
lugar en el mundo que siempre me generó curiosidad es esa isla.
Todo empezó con
las historias que me contaba aquella doctora inmigrante que vivió casi veinte
años en Venezuela. Lo que yo sabía de Cuba era casi siempre sobre Fidel, la
revolución. Los Castro. Las escuelas al campo, las injusticias, abusos, privaciones. Dolor.
No tenía idea de cómo vivía la gente allá, sobre todo, en la actualidad. Las múltiples
restricciones que enfrenta la población, el cerco a la libertad de expresión, al
internet, me hacían sentir que ese país estaba prohibido, que jamás llegaría a estar un poco cerca. No tenía contacto alguno con el mundo real de Cuba, con su gente, con
los jóvenes, con las calles, con las guaguas.
Leía 14ymedio, a Yoani, pero
me quedaba la sensación de que no terminaba de cruzar la barrera hacia lo que
verdaderamente era la cotidianidad en Cuba.
Una vez, hace años, agregué a Aníbal
en Facebook, un viejo amigo de esa doctora de la que les hablé al principio. Le
envié la solicitud por mera curiosidad. Me preguntaba si ¿realmente Aníbal tendría
internet para chatear conmigo? ¿Aníbal estaría allí? ¿Aníbal tendría la
suficiente libertad para contarme algo? ¿qué había comido en una tarde de
agosto, por ejemplo? ¿si le gustaban las galletas o si no era tan difícil
conseguir café en Cuba?
Hace unos meses mi curiosidad fue parcialmente resuelta,
sí, parcialmente porque creo, siento, que en algún momento necesito vivir a Cuba, ir, verla, saberla, preguntarle
cosas. Hacerle las interrogantes que
yo misma me hago y que día a día me atormentan.
La inquietud fue aplacada por una periodista, quien a
través de sus redes sociales vive con una autonomía, con una libertad,
honestidad y una felicidad que es capaz de traspasar la barrera de la
virtualidad.
M es alegre, es morena, es joven, es cálida, escribe sin
detenerse. Viaja, vive. M vive, solo eso.
Ella me ha mostrado lo que yo deseaba
ver. Nos enseñó unos trozos de pan que les dieron a los damnificados del último
tornado, unos hombres que iban en transporte urbano, un perro chino, una cena
navideña que superó la dictadura de la carne.
M también muestra a sus viejos y
nuevos amigos. La risa, la hermandad, el amor por Cuba.
Nos enseña cómo se vive
en aquel lugar donde pensé que la gente no lo hacía.
Gracias M por mostrarme otra cara de Cuba, la que supera
la dictadura de la carne, la que celebra, la que se ríe, la que sueña. La que
no se detiene, la que es solidaria, la que vive.
Gracias Facebook por ser la ventana hacia ese pedazo de
tierra que anhelaba conocer desde otra perspectiva.
Gracias a la tecnología que
puede apagar curiosidades y generar otras.
Gracias a todos los valientes que viven y que deciden
amar, superar y celebrar. Gracias a aquellos a los que nada, ni siquiera un sistema
poderoso, puede torceros.
Ariadna García
¡Espero leer mucho más!
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