Cuesta vivir esta Caracas vacía, cuesta mirar hacia arriba, ver el concreto y no hallar respuestas. Sé que debo encontrar nuevos sabores o juro que no podré.
Necesito de vuelta los colores, el helado como me gustaba, volver a ocupar el Mc Donalds hasta la madrugada, necesito poder pagar el helado de nuevo, recobrar la libertad o juro que no podré.
Aunque ellos no regresen más, necesito ver gente y no estas mesas vacías, necesito que el niño también pueda comer helado y sea feliz. No necesito recuerdos, necesito momentos que me hagan sentir viva, necesito que mis pies vayan a donde quieran porque ahora en esta silla solo me apetece llorar.
No traigan la carta.
El Hilo de Ariadna
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