lunes, 8 de agosto de 2016

Me volví un caracol

Yo soy rara, ciertamente lo soy, mis amigos lo dicen, mis allegados lo perciben y les creo. Yo veo todo al revés o veo todo muy normal, tanto que el pudor no existe y eso es un peligro.

Antes... de niña me preocupaba el calentamiento global y hoy viviendo en Venezuela se podrán imaginar de qué van mis preocupaciones. Lo cierto es que me he vuelto más parca, lo comprobé el día de mi graduación, no hubo tal éxtasis, no hubo tal felicidad, con el tiempo expreso menos mis emociones y eso ha de hacerme rara.

Aunque hable mucho, no soy tan expresiva y aunque mi cara se vea despierta, la verdad es que me encojo de hombros cuando me toman una foto.

Lo cierto es que, me he ido escondiendo como se mete un caracol en su caparazón. Ahora hablo menos y observo más, pero también en esos menos, hay menos te quieros y menos abrazos, hay toda una sequedad. 

Habrá que hacer esfuerzos para regar todo de nuevo, para poblar, para humedecer, aunque no creo que se me quite la parquedad. Si algún día nos presentan y no te doy un beso en la mejilla o si me diste un abrazo y mis gestos fueron algo aparatosos, no me juzguéis, recuerda que con el tiempo me he vuelto un caracol.



A.G

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