sábado, 27 de febrero de 2016

La mujer de la esquina Pueyrredón

Buenos Aires; 23 de febrero de 2013





Eran las siete de la mañana, salí al trabajo como de costumbre, esperaba el bondi, de pronto llegó una chica muy atractiva, llevaba una falda azul muy ajustada hasta la pantorrilla, una camisa abierta color crema y tenía un cabello marrón brillante que se soltaba por todas partes, me vio de reojo se rascó el labio inferior, siguió mirándome, yo ya estaba un poco nervioso, escudriñaba todo su cuerpo con mis ojos, sentí que me metía en sus piernas, fue evidente que me provocó una erección, ella sonreía y movía el meñique de su mano izquierda como en una especie de tic.

Intuí que debía caminar, me metí hacia la esquina de Pueyrredón, no me atrevía a voltear, quería que esa chica me siguiera, pero era algo loco y desenfrenado, seguí caminando atónito, me sentía como un pibe de 18 años, hasta que empecé a oír sus pasos. La calle parecía estar sola, me detuve, nos vimos frente a frente, comenzamos a besarnos apresuradamente, mi pene estaba totalmente rígido, su aparatosa falda gustosamente se corrió y dejó entrar mi mano, pude tocar y sentir lo húmeda que estaba, me besaba, tenía un olor como a hierba, era fresca y cálida.

No habían pasado ni cinco minutos, eran tocadas y lamidas por segundo, su mano se sentía pequeña y suave, me apretaba fuerte, yo ya no podía más, saqué un condón y me lo puse, la penetré, su cara era de gozo, parecía desmayarse sobre mí, apreté sus glúteos, pude sentir su carne, la besé, la besé en los ojos, como hubiese querido tocar y besar su senos, la levanté un centímetro del piso y fue como si   me elevaba, aquello me estaba llevando a otra dimensión. No dijimos ni una sola palabra, no supe su nombre, ni su dirección , nada.

Han pasado tres años y aún pienso en ella, aún siento como si la besara, no cambio la ruta, voy y espero el bondi cada día en el mismo lugar, no sucede nada.

Esa mujer apareció ese día para trastornarme, para atormentarme, la deseo, la quiero de vuelta.

Todas las mañanas la busco en la esquina de Pueyrredón, son 1095 días sin éxito.

Tiene que ser de verdad, llevo tres años recordándola, tres años buscándola y aún no he visto si quiera una falda parecida...




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