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viernes, 18 de agosto de 2017

Las marcas de una guerra

Hoy se sentó a mi lado (en el autobús) un joven con muletas, tenía un yeso en su pierna derecha, mi cabeza estaba muy activa en ese momento, todo comenzó desde que salí del centro Cultural Chacao y caminaba hacia Chacaíto, me era raro ver todo “en calma”, sin olor a gases lacrimógenos y sin restos de Maalox en el piso, decía: hace unos meses atrás sentía que eso era irreversible y que las protestas en las calles no tendrían retorno.

Al ver al muchacho me preguntaba ¿Cómo llegó su pierna a ese estado? ¿Será acaso una de esas personas que quedó lesionada por la represión del Estado? ¿Será uno de esos jóvenes que tantas veces vi recogiendo y devolviendo bombas? ¿Por qué su pierna lleva un yeso? Quería preguntarle y aclarar mis inquietudes pero eso habría sido un poco intimidador. 

Luego por la ventana vi a otro hombre, delgado, como de 30 años con una venda en la mano, creo que en la izquierda, las interrogantes regresaron ¿Será él otra víctima de la represión? ¿Quién indemnizará su mano? ¿Su vida? ¿Qué le pasó? ¿Comenzaré a ver a más gente con las marcas de una guerra? Aunque debo admitir que a estos los veo a diario, en las calles, en el metro, a las víctimas de este genocidio me las cruzo todo el tiempo.

Finalmente me bajé del autobús sin preguntar, pero con una leve certeza de que ellos sí estuvieron allí, de que las marcas en su cuerpo son el recordatorio de una brutal represión que duro más de tres meses, que aunque la calle se mueva con su ritmo habitual y se mantenga en silencio, las secuelas de esos días no los olvidaré jamás. 


El Hilo de Ariadna

miércoles, 26 de abril de 2017

El hombre que menazaba con paz

Él era un dictador, no tenía chispa, ni gracia, usaba un gran bigote que lo hacía ver ridículo y medía casi dos metros, su séquito bostezaba durante las cadenas y la esposa lo miraba con todo el odio del mundo, por más que intentara hacer algo bien todo le salía mal, hasta la risa le salía mal.

En su boca la palabra paz sonaba como una bala de fuego, su discurso estaba colmado por el odio, la violencia y el autoritarismo. Era un hombre ignorante con ínfulas de gran bailarín. El pueblo había jugado a escondidas a ponerle la cola del burro más de una vez.

Le encantaba asesinar, así que ideó un castillo repleto de armas con las más agresivas, las más sofisticadas, el número podía exterminar a toda la humanidad, también contaba con hombres a su disposición, hombres viles capaces de cometer los crímenes más atroces. Estos seguidores iban desde inexpertos, hasta pistoleros profesionales.

Cuenta la leyenda que el dictador se aburrió un día de  ejecutar a sus víctimas con armas de fuego y perdigones a quemarropa, por lo que decidió crear un enorme salón de torturas, para ello llamó a los chinos quienes le construyeron un cubo de aproximadamente 1000 metros, con tecnología avanzada. El dictador podía matar a las personas desde su habitación a través de una enorme pantalla táctil, los hacía jugar partidos de fútbol por horas y cuando ya estos no podían más les generaba un paro cardíaco con un botón.

Reía a carcajadas cada vez que veía una de sus presas caer al piso, a algunos les generaba convulsiones, porque le fascinaba ver salir espuma desde sus bocas, a otras mujeres les arrancaba los pezones con una aplicación creada por japoneses.

Más adelante incluyó a su cubo de torturas las recomendaciones rusas y cubanas, estas eran un poco ortodoxas pero las más letales, regularmente las ponía en práctica los domingos, cuando acostumbraba desde un megáfono a hablarle al pueblo. Mientras ejecutaba a alguna persona lo transmitía para que los habitantes escucharan y no se atrevieran a desafiarlo. Así transcurrieron unos diez años. Aquel hombre bigotudo había engordado hasta el hartazgo, matar personas ya no lo saciaba.

Los aldeanos cansados de sus abusos prepararon una jugada en su contra. Se organizaron por años y eligieron fusilarlo un primero de abril durante las fiestas patronales. Lo emborracharon a él y a sus soldados, los hicieron beber hasta enloquecer y los amarraron juntos, encendieron el fuego a un gran caldero y los echaron al vacío como huesos para sopa.

En diez años el pueblo no lo había acabado porque algunos no creían que fuera capaz de tanta maldad, otros estaban amenzados y a un pequeño número no le interesaba porque recibía buena recompensa al hacerle favores. Fue hasta  que murieron cerca de 300.000 personas cuando se unieron y decidieron exterminarlo.

A pesar de las 300.000 fosas que construyeron en honor a las víctimas, la gente que visitaba el pueblo no creía aquella historia de horror, de un hombre que amenazaba con paz.




El Hilo de Ariadna

jueves, 13 de febrero de 2014

Censura "a toda vida" Venezuela

La noche de hoy 13 de febrero de 2014, los venezolanos hemos sido víctimas de la censura más grande y mordaz que se le impone a un país, vivimos una situación que nos exaspera y el gobierno con todas las herramientas para llevar al país a la calma, está siendo el encargado de hacer todo lo contrario y de sumergirnos en una agobiante angustia.

Todo ciudadano tiene derecho a estar informado, y luego de los lamentables sucesos ocurridos en la marcha de ayer, donde murieron tres personas entre ellas un muchacho llamado Bassil Da Costa, quien recibió un disparo en la cabeza, mientras corría intentando salvarse del caos que desembocó en su muerte y en un gran número de personas detenidas. 

Es una situación que debe ser contada, y así reducir los niveles de incertidumbre que tiene al país haciendo conjeturas apresuradas, sin embargo, ningún canal ha ofrecido información veraz de los hechos ocurridos en la tarde de ayer.

Y como si fuera poco, hoy aproximadamente a las 10 de la noche, el twitter para las personas que usamos los servicios de internet de Cantv, el mayor operador en Venezuela, comenzó a presentar fallas, no se podían abrir las imágenes, lo cual genera más encierro a la información y más represión a toda la población venezolana.

No tenemos medios audiovisuales, pretenden extinguir a la prensa escrita y ahora nos quieren callar por las redes sociales, me pregunto por qué tanta represión y ensañamiento, con un pueblo que los eligió, que los llevó hasta donde están ahora, ¿por qué tanta maldad señor presidente?

Aquí algunas de las imágenes donde usuarios de twitter informaban sobre las dificultades para usar la red social.




AG