Él era las moras y no porque fuera dulce o rojo, él era las
moras porque ella podía mirarlo con amor.
Para ti cuerpo grande, cuerpo blanco, cuerpo hermoso
Para ti ojos cálidos y azules
Para ti boca dulce que te abres al verme
Para ti pies blandos que sentí por un instante
Para ti que supiste mostrar tu bondad
Para ti que me observaste con cautela de principio a fin
Para ti que descubriste mi delito culinario
Para ti que cerrado a los sabores me elegiste a mí
Para ti que cerrado al amor exclamaste ¡Estoy enamorado!
Para ti que en mi delirio te mostraste calmado
Para ti que te quedaste
Para ti que por ti llego tan lejos, para ti que por mí lo
haría de nuevo
Para ti que me haces soñar…
Ariadna García
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